"Adorar a Dios y amar a los hermanos con su mismo amor, esta es la mayor e incesante reforma", planteó Francisco al presidir la misa de cierre del Sínodo de obispos que reunió a 460 religiosos y laicos de todo el mundo.
"Adorar a Dios y amar a los hermanos con su mismo amor, esta es la mayor e incesante reforma", planteó Francisco al presidir la misa de cierre del Sínodo de obispos que reunió a 460 religiosos y laicos de todo el mundo.