RELIGIÓN (aica). El obispo de San Francisco consideró absurdo que se diga que los curas quieren que los pobres sigan siendo pobres para «tener una clientela fija y fácil» y negó que pretendan «idealizar a los pobres».
El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, evaluó de poco profunda la crítica que se le hace a la Iglesia de favorecer «el pobrismo» y consideró: «Con toda la serenidad del Evangelio tenemos que volver a la fuente de nuestra fe y porque la Iglesia vive intensamente esta opción por los más pobres».
En declaraciones al programa Claves para un Mundo Mejor, el prelado lamentó que existan esos comentarios, sobre todo aquí en la Argentina, y reconoció que «de un tiempo a esta parte se escucha mucho esta crítica y se habla de la Iglesia pobrista, el Papa pobrista, los curas pobristas».
«Hasta donde yo interpreto, porque esta crítica se hace y no se la termina de explicar muy bien. Interpreto dos cosas en esta crítica. Por un lado una actitud que me parece que merece poca atención y lo formulo así: ‘dicen que los curas quisiéramos que los pobres sigan siendo pobres para tener una clientela fija y fácil’. Esto me parece una cosa absurda», expresó sobre el primer punto.
«Basta ver la realidad de la Iglesia en nuestro país. A mí siempre que aparece esta crítica pienso, por ejemplo, en la Congregación Salesiana que ha sembrado escuelas en nuestro país especialmente en sectores muy populares, muy vulnerables y eso para que a través de la educación y especialmente la educación para el trabajo», ejemplificó.
El obispo estimó que «la otra crítica que esconde o que expresaría esta palabra ‘pobrismo’ es un poco más compleja y es como si la Iglesia tuviera una mirada romántica sobre los pobres, idealizar a los pobres».
«La mirada de la Iglesia es la mirada de Cristo porque San Pablo dice que Cristo se hizo pobre para enriquecernos desde su pobreza. Es esa actitud del Dios que quiere arrancar al hombre de la pobreza pero para eso se pone él el traje de la pobreza”, sostuvo.
Al ser consultado sobre si la misión de la Iglesia es hacerse cargo de los pobres, monseñor Buenanueva respondió: “Desde la situación del hombre que tiene necesidad de que se le tienda una mano para salir adelante se percibe mejor cual es la real fuerza del Evangelio y cuál es el sueño de Dios».
«Vuelvo a recurrir a la palabra del papa Francisco que lo acaba de expresar en su reciente encíclica Fratelli tutti cuando dice que el sueño de Dios es una familia donde todos nos sentemos a la mesa, especialmente los últimos, los descartados”, concluyó.
Fuente: aica