ESPECTÁCULOS. “En el interior nos va muy bien”, aseguraba Guillermo Novelis antes de su presentación del 28 de octubre de 2000 en el estadio de Obras Sanitarias, en la Capital Federal. “En Buenos Aires, el show en Obras será un termómetro que nos incluirá o no del fenómeno rock. En la cancha se ven los pingos. Si nos caemos habrá que levantarse, sacudirse la tierra y salir silbando”, sentenciaba el vocalista de La Mosca, un fenómeno de ventas en España e Italia que nunca pudo hacerse del todo fuerte en la Capital.
La Mosca se encargó de dejar en claro que lo suyo es divertir a su público. Esa noche de sábado, el estadio de Obras se asemejó a una gran discoteca -bola espejada incluida-. Sin embargo, algunos invitados le dieron un toque aún más interesante a una impecable presentación de la multitudinaria banda ramallense (que cuenta entre sus filas a dos integrantes nicoleños y un sanpedrino).
Ante un buen marco de público -heterogéneo, por cierto-, La Mosca repasó las canciones más conocidas de sus dos primeros álbumes, el debut “Corazones Antárticos” (1998) y el consagratorio “Vísperas de Carnaval” (1999). Así, desfilaron hits como “Para No Verte Más”, “Tranquilo Venancio”, “La Murga de la Carnicería”, “Yo Te Quiero Dar” y “Baila Para Mí”, con temas menos conocidos para el público masivo como “Las Mismas Boludeces”, “Gira el Ventilador” y “No Te Enamores de Mí”.
En una presentación sin fisuras, donde cada integrante de la banda pudo demostrar sus cualidades, Guillermo Novellis se constituyó en un perfecto maestro de ceremonias, supliendo algunas deficiencias vocales con un amplio carisma.
Párrafo aparte merecen los invitados. Los Super Ratones pusieron sus prodigiosas voces en el tema “Gira el Ventilador”, tal como lo hicieran en el CD “Vísperas de Carnaval”. La gran sorpresa para los asistentes fue la presencia de Diego Arnedo y Ricardo Mollo, de Divididos, quienes pusieron -respectivamente- su bajo y su guitarra al servicio de “Flores Amargas”, que desembocó en un popurrí de temas de Sumo que La Mosca realiza desde los comienzos de su carrera, en una suerte de homenaje a la que fue una de sus principales influencias musicales.
Juanchi Bailerón, productor del segundo CD de La Mosca, también dijo presente junto con el tecladista Diego Blanco para aportar un toque “Perico” al tema “Vísperas de Carnaval”.
Tres integrantes de Kapanga -incluyendo a su cantante, El Mono– se unieron a la banda para interpretar el movedizo “No Te Enamores de Mí”. Para la introducción de “batucada” del mega-éxito “Yo Te Quiero Dar”, la percusión estuvo a cargo de Los Guajiros, un multitudinario grupo oriundo, también, de la ciudad de Ramallo.
Novellis reconoció entre sus grandes influencias como “showman” a dos estrellas del rock, Mick Jagger y Freddie Mercury, pero reconoció que hubo alguien a quien le debe mucho sobre su manera de actuar en el escenario. Desconocido para la mayoría, Guillermo presentó a Taylor, cantante y líder de Sr. Alvarez y sus Quemasábanas, una de las agrupaciones más exitosas de la ciudad de San Nicolás, que ya ha tenido proyección con algunas presentaciones en vivo en Buenos Aires y la costa atlántica.
Para culminar un show de alrededor de dos horas de duración, La Mosca llamó a subir al escenario a todos sus invitados, incluyendo a sus dos actos soporte: “La Justicia del Pato, una banda que conocimos en una gira por el mar y Joe Vasconcellos, el número uno de Chile”, según relató Novellis desde las tablas de Obras. Todos juntos -más Fierita, el notero del programa “Versus” de Telefé en percusión- interpretaron una versión de “Para No Verte Más”, el tema que les abrió las puertas del mercado español.
Quedó claro que La Mosca no consiguió el éxito por ser una creación de laboratorio de una compañía discográfica, dejando bien sentado que sus actuaciones en vivo tienen un plus que no siempre se refleja en sus discos.
Pocas son las bandas del interior que consiguen pisar fuerte en la Capital (los Enanitos Verdes y Vilma Palma son los dos ejemplos más concretos), y La Mosca puso todo en el escenario de Obras para intentar revertir esa tendencia.