Los judíos de tiempos bíblicos tenían la costumbre de rasgarse la ropa cuando sentían vergüenza, furia, tristeza… Rubén rasgó sus prendas de vestir al enterarse que sus hermanos habían vendido a José como esclavo; Job rasgó sus vestiduras cuando supo que sus hijos habían muerto. El tiempo hizo que hoy “rasgarse las vestiduras” signifique escandalizarse excesiva e hipócritamente por algo que otros hacen o dicen.