SALUD. Desde finales del decenio de 1990 el mundo ha realizado progresos significativos, pero el VIH sigue siendo un importante problema mundial de salud pública. Al igual que muchas otras cuestiones principales, el VIH plantea retos adicionales durante la pandemia de COVID-19.
Los servicios de prevención, detección, tratamiento y atención relativos al VIH se están desarticulando, sobre todo en países con sistemas de salud frágiles. El colapso de los servicios esenciales relativos al VIH provocado por la pandemia de COVID-19 está poniendo en peligro muchas vidas. Cualquier retraso en la prestación de esos servicios expondrá a muchas poblaciones vulnerables a mayores riesgos de infección con el VIH y a defunciones relacionadas con el sida. No obstante, el personal sanitario y los representantes comunitarios de todo el mundo están haciendo todo lo posible por mantener esos servicios en funcionamiento, mediante la adopción de medios innovadores para superar los trastornos provocados por la COVID-19 en los servicios.El 1 de diciembre, la OMS se unió a los asociados para rendir homenaje a todo el personal que presta servicios relacionados con el VIH, e instar a los dirigentes y a los ciudadanos de todo el mundo a congregarse en pro de la ««solidaridad mundial», con el fin de mantener en funcionamiento los servicios esenciales relativos al VIH durante y después de la pandemia de COVID-19. Es un llamamiento a centrar la atención en los grupos vulnerables que ya están en riesgo, y hacer extensiva la cobertura a los niños y los adolescentes. Y en 2020, Año Internacional del Personal de Enfermería y de Partería, ese llamamiento se hace en favor de una mayor protección y apoyo a los profesionales sanitarios que han estado durante mucho tiempo en la primera línea de los servicios relacionados con el VIH. Todos podemos contribuir a los esfuerzos destinados a poner fin al sida y hacer del mundo un lugar más saludable.
Fuente: OMS