RELIGIÓN (San Francisco CBA. – AICA): Monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, obispo de San Francisco, reflexionó sobre lo pronunciado por el papa Francisco en el marco del encuentro con los miembros de la Comisión Pontificia para la protección de los menores.
El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, se refirió a lo pronunciado por el papa Francisco en ocasión de la visita de los miembros de la Comisión Pontificia para la protección de los menores.
Durante dicho encuentro, el Papa señaló que, al inicio de su pontificado, firmó una sentencia con la pena más benévola para un sacerdote abusador. Sin embargo, aclaró que “no habrá más este tipo de gracias para los sacerdotes culpables”, destacó monseñor Buenanueva, con una traducción de sus palabras:
“Eran dos sentencias, yo estaba al inicio de mi ministerio: un sacerdote de la diócesis de Crema. La sentencia del obispo era buena, prudente, le quitaba todos los ministerios pero no el estado clerical. Yo era nuevo, no terminaba de entender bien estas cosas y, ante las dos sentencias he elegido la más benévola. Dos años después el sacerdote ha recaído. Ha sido la única vez que he hecho esto. No la haré más”.
El obispo detalló la argumentación del Santo Padre sobre la cuestión: “la pedofilia es una enfermedad. Y de difícil superación”, señaló. Y agregó que “la conciencia de la Iglesia ha llegado un poco tarde… Cuando la conciencia llega tarde, los medios para resolver el problema llegan tarde… Yo soy consciente de esta dificultad, pero es la realidad y lo digo así: hemos llegado tarde… Acaso la antigua práctica de trasladar la gente, de no enfrentar el problema, ha adormecido un poco las conciencias”.
El obispo de San Francisco destacó dos puntos: “En primer lugar, el reconocimiento que el Papa hace de que, no solo la Iglesia en general, sino él mismo ha tenido que aprender a corregir errores y a cambiar su modo de ver este problema, en la misma medida en que se ha ido involucrando en esta compleja problemática humana”. Por otro lado, “que la pena más adecuada, incluso ante un solo delito, es la dimisión del estado clerical del clérigo encontrado culpable”.
“Se puede discutir en qué medida los sacerdotes abusadores padecen una enfermedad. Personalmente no estoy tan seguro de ello. Creo que hay que tener en cuenta otros factores. No es este el lugar para reflexionar sobre ello”, manifestó el prelado, pero consideró que “estos dos aspectos del discurso de Francisco merecen ser cuidadosamente calibrados” porque “muestran una actitud que sí comparto plenamente: estamos aprendiendo, también a partir de nuestros yerros y, en ese aprendizaje, comprendemos sobre todo la gravedad del mal y del daño que suponen los abusos en las víctimas. Pero también en los sacerdotes que, en razón de ello, quedan comprometidos en su idoneidad para ejercer el sagrado ministerio”, concluyó.