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Por Redacción LAVOZ
En el PJ, UCR, Frente Cívico, PRO y FPV, ya piensan en 2019. En el oficialismo, Schiaretti y De la Sota siguen marcando el rumbo. El macrismo buscará tener injerencia en el escenario provincial.
POLÍTICA.- El gobernador Juan Schiaretti completará dos décadas del PJ en el poder, con una hegemonía que compartió en estos años con José Manuel de la Sota. Un tiempo prolongado que entusiasma a muchos para que se produzca una renovación.
Hay muchos jóvenes dirigentes que apuntan a 2019, más allá de que cuatro años parecen un siglo en la política. Todavía es muy prematuro, pero en política no hay descanso para testear el horizonte futuro.
El oficialismo
El 10 de diciembre pasado, De la Sota le entregó el mando a Schiaretti, quien además de gobernar tendrá la responsabilidad de liderar el PJ provincial. Se cumplirá así una vieja regla nunca escrita del movimiento político que fundó Juan Domingo Perón: quien gobierna, también conduce el partido.
Schiaretti gobernará hasta 2019 y, por ser el administrador del poder, tendrá mayor influencia en el recambio que puede venir en el peronismo.
Será un escenario si Schiaretti intenta ir por un segundo mandato consecutivo, y otro distinto si decide terminar su ciclo como gobernador en 2019.
Es una decisión que el gobernador aún no tiene tomada. De todas maneras, detrás de Schiaretti y de De la Sota hay una camada de jóvenes dirigentes que buscarán ser la “renovación” en el oficialismo
Por ser la segunda autoridad en la provincia, el vicegobernador Martín Llaryora aparece como el lógico continuador.
El exintendente de San Francisco tiene armada una incipiente estructura en el interior. El nombre de su agrupación habla de un intento de renovación: El Peronismo que Viene.
Llaryora enfrentó a Schiaretti en la interna del PJ por la candidatura a gobernador y sacó más del 30 por ciento de los votos, pese a la derrota.
En estos primeros meses, el sanfrancisqueño preside la Legislatura con bajo perfil. Los dirigentes del sector dicen que no es momento para mostrarse y por ahora sólo acompañan la gestión de Schiaretti.
Dentro del llaryorismo, hay otros dos dirigentes que buscan proyección: el actual intendente de San Francisco, Ignacio García Aresca, en el interior; y el secretario de Transporte provincial, Gabriel Bermúdez, en la Capital.
En la Legislatura, hay dos dirigentes que también buscan ganar terreno en el PJ. Daniel Passerini y Manuel Calvo, dos exministros delasotistas que tienen ganado un lugar en el partido.
Otros dirigentes también impulsan la renovación. A cargo del Ministerio de Desarrollo Social, Rodrigo Rufeil es el referente de la nueva generación en el gabinete provincial.
Asimismo se anotan otros dirigentes del interior: Facundo Torres, intendente de Alta Gracia; Juan Carlos Scotto, secretario de Asuntos Municipales de la provincia; y Julio Bañuelo, exintendente de Mina Clavero y ahora titular de la Agencia Córdoba Turismo. El exministro de Agricultura Julián López es otro que busca un perfil provincial.
En la Capital, territorio esquivo al PJ en la última década, surge el secretario de Seguridad Ciudadana, Diego Hak. Un dirigente joven, pero con larga trayectoria de militancia capitalina, en especial en la seccional Décima, la más populosa de la ciudad.
En el kirchnerismo, el intendente de Villa María, Martín Gill, aparece como referente con futuro. Buscará recuperar protagonismo en el PJ luego de que Eduardo Accastello –ahora golpeado por el caso de la caja con dólares en CBI– abandonara el partido en los últimos años.
El mapa opositor
En la oposición, el mapa de dirigentes que pugnan por llegar al Centro Cívico en 2019 es liderado por el intendente de la capital, Ramón Mestre.
La condición del radical de ser el gobernante por segundo período consecutivo de la ciudad de Córdoba lo pone con varios cuerpos de ventaja sobre el resto.
La UCR es liderada por el mestrismo. De esa línea, también se destacan Javier Bee Sellares, secretario de Gobierno del municipio, y Orlando Arduh, titular de la bancada radical en la Legislatura.
Rodrigo de Loredo, quien da sus primeros pasos en el Ejecutivo nacional macrista, es otro radical (no mestrista) que mantiene intactas sus aspiraciones de conducir la ciudad.
Entre los intendentes del interior, hay un racimo de dirigentes con futuro. Uno con rodaje es Juan Jure, quien dejará en julio el municipio de Río Cuarto.
Otro con proyección es Mauricio Cravero. El intendente de Arroyito fue reelegido el año pasado con un importante respaldo. Cravero es presidente del congreso partidario y vicepresidente del Foro de Intendentes Radicales.
Javier Montes (Río Segundo); César Abdala (Laboulaye); José Bría (Morteros); Carlos Briner (Bell Ville); y Matías Gvozdenovich (Arias) integran un lote de intendentes con buenas perspectivas dentro del partido.
En el macrismo, más que de renovación hay que hablar de apariciones. Nicolás Massot, un bonaerense que se instaló en Córdoba y comanda el bloque de diputados nacionales del PRO en el Congreso, es el dirigente con mayor poder dentro del PRO. Lo secunda Javier Pretto, titular del partido en la provincia y uno de los primeros dirigentes que se unió al PRO. El diputado nacional Héctor Baldassi y los intendentes Eduardo Romero (Villa Allende) y Pedro Dellarossa (Marcos Juárez) conforman otro lote destacado.
En el macrismo, se valora mucho la construcción territorial, en la Capital, de la joven Soher El Sukaría. También se menciona al legislador Darío Capitani y a Henry Blas Leis, secretario del partido, a cargo de la coordinación del interior, y que comanda la delegación local de Anses.
Aliados e identificados con el PRO hay exjuecistas –exradicales– que están anotados en la carrera para 2019. Con varios cuerpos de ventaja sobre el resto, Gabriel Frizza, intendente de Jesús María, aparece como claro referente del macrismo en el interior.
El Frente Cívico, otro de los socios de Cambiemos, está inmerso desde las elecciones capitalinas en un proceso de análisis interno y reconfiguración.
El liderazgo de Luis Juez no está en discusión, pero existe en ese espacio un reconocimiento de que es momento de “recalcular” estrategias.
Frente este panorama, Ernesto Martínez, titular del partido y flamante senador nacional, y Walter Nostrala, con una banca en el Parlasur, son dirigentes de relevancia de ese espacio. Los legisladores Juan Pablo Quinteros y Daniel Juez cierran el lote de expectables.
Por último, Esteban Avilés, desde la intendencia de Villa Carlos Paz, se muestra como un dirigente “líbero” sin ataduras partidarias.
Desde hace meses, propone extender el “modelo Carlos Paz” a toda la provincia, como forma de posicionarse para el futuro.
