El dicho recalca la responsabilidad de quien permite que se haga un mal. El chancho tiene fama de haragán, sucio y destructor de todo lo que halla, aparentemente sin pensar más que en su propio placer de comer. Por eso es usado como referencia para calificar a determinadas personas. Pero el chancho es un simple animal inocente. Si hace un daño no es intencional, busquen por el lado de su dueño.