Para el director ejecutivo del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, Ted Chaiban, la situación pasó "de catastrófica a casi colapsada" con innumerables familias "sufriendo algunas de las condiciones más horribles nunca vistas". Los casos de diarrea infantil aumentaron un 40% y miles de niños y niñas "están desnutridos y enfermos", según informó.