Te contamos cómo utilizarlos para atraer la prosperidad a tu vida.
RINCONCITO ESOTÉRICO. Alrededor del mundo las creencias para atraer la buena suerte son distintas, es por ello que a lo largo de la historia han surgido varios amuletos, cada uno con sus propias características y orígenes. Actualmente la globalización ha permitido que muchos de estos objetos lleguen a nuevos hogares, cobijados bajo ilusiones advenedizas, y según información del portal Infobae te decimos cuáles son los más comunes y poderosos. ¡Aquí te compartimos la lista!
Maneki-Neko:
De un tiempo a esta parte, estos gatitos de la fortuna pueden apreciarse en miles de negocios del mundo y al igual que en Japón, su país de origen, se colocan en las entradas de los comercios, sin importar el rubro.
La escultura nace a partir de una leyenda japonesa en la que un gato de la raza nipona bobtail, le salva la vida a un comerciante rico, que estaba atrapado en una tormenta, en el siglo XVII. Maneki es un derivado del verbo maneku, que en japonés significa «invitar a pasar», mientras que Neko es «gato». El gato, a pesar de lo que muchos creen, no está saludando, sino invitando a pasar al establecimiento y según la mano que levante tiene distintos significados: la pata derecha busca atraer prosperidad y dinero; la izquierda atraer visitas y ambas patas, proteger al hogar o negocio.
Elefantes:
Las estatuas de elefante son muy populares y un símbolo de fuerza, potencia, estabilidad y sabiduría. Según la superstición popular siempre deben enfrentar la puerta para atraer buena suerte. Tienen una función similar a los Maneki-Neko, pero a la inversa. En vez de llamar a la fortuna, son colocados en las entradas de los negocios y casas, para que puedan disuadir a la mala suerte de ingresar.
Herradura:
¿Para arriba o para abajo? Esa es la cuestión de este amuleto, que se utiliza para ahuyentar el mal de ojo. La superstición creció de la mano de la leyenda de San Dunstan, quien era herrero antes de convertirse en arzobispo de Canterbury.
La leyenda narra que el diablo entró en la tienda de Dunstan y le pidió que le pusiese una herradura a su caballo. Dunstan fingió no reconocerlo y lo hizo; pero en lugar de clavarla en la pata del animal lo hizo en el pie del demonio. Dunstan accedió a retirarla, aunque solo después de que le prometiera que nunca entraría en un hogar con una herradura clavada en la puerta.
Escarabajo:
Este insecto aparece en jeroglíficos, estatuas y esculturas desde el Antiguo Egipto. Su forma se relacionaba con el dios Jeprien (cuerpo humano y cara de escarabajo), aunque está más asociada al escarabajo como el Ra, creador del universo. Según la creencia popular actual el amuleto se especializa en proteger contra las enfermedades y la muerte. Además, en caso de que la muerte llegase, se colocaba en las momias como signo de resurrección.
Ekeko:
Es una figura característica del altiplano andino, que recibe tributos en Bolivia, Perú, norte de Chile y Argentina, como también en el oriente de Venezuela, donde se lo conoce como Don Juan del Dinero. Según los historiadores, la leyenda comenzó en la cultura Tiahuanaco, Bolivia, y tras la conquista española fue adaptado por aimaras e incas.
Está asociado a la fertilidad, la buena suerte, la abundancia y alegría. Va cargado de morrales con alimentos y otros bienes, le falta una sandalia y se le tributan ofrendas, como dinero o prenderle un cigarrillo en la boca.
Pata de conejo:
Uno de los talismanes más populares alrededor del mundo, incluyendo Europa, China, África y América del Norte y del Sur. Según los historiadores existe desde el año 600 AC entre los pueblos celtas, que consideraban que todo el animal traía buena suerte, ya que como vivían en madrigueras bajo tierra estaban en comunicación directa con los dioses y los espíritus del inframundo.