10 actitudes para el éxito (y 10 para el fracaso)

  • Factores de los que depende que te salgan bien las cosas

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VIDA COTIDIANA (por HENRY VARGAS HOLGUÍN) Todos los seres humanos estamos llamados a que nuestra vida sea un éxito. Más que hablar que personas exitosas o fracasadas habría que hablar de actitudes de éxito o de fracaso.

Las actitudes de éxito son:

1. No buscar problemas sino soluciones.
2. Asimilar los cambios permanentes y adaptarse rápidamente a ellos.
3. Optimismo, aun con alguna limitación de algún tipo.
4. Estar siempre disponibles a favor de los demás.
5. Mirar el lado positivo, aprender de los errores propios o ajenos.
6. Ser humildes y saber manejar los propios logros, no poner el éxito como una barrera contra los demás.
7. Tener iniciativa, inquietudes, una mente creativa, ganas de hacer cosas.
8. Tener ideales, y luchar por superarse sin hacerle mal a nadie.
9. Reconocer valores en los demás y unirse a ellos para crecer y crear proyectos.
10. Espíritu constante de superación, inspiración en personajes reales de la historia.

Las actitudes de fracaso son:

Quejarse solamente, decir que la vida es un asco.
Echar la culpa de los propios fracasos a Dios y/o a los demás.
Pesimismo y/o negatividad. El pesimista es un imán de desgracias.
Conformismo, no exigirse, contentarse con poco.
Carecer de aspiraciones.
Descargarse en los demás como principio de vida.
Quedarse en el lado negativo de las cosas ,criticar.
Regirse por la ley del menor esfuerzo.
Buscar sólo aparentar, creer saberlo todo.
Envidiar, alegrarse la caída de los demás o propiciarla con toda clase de medios.
Ahora bien, es un hecho que no todos los seres humanos tendrán las mismas circunstancias de vida para conseguir, con mayor o menor facilidad, una vida exitosa. Y a pesar de los inevitables y/o posibles errores y caídas, salen adelante.

Todo dependerá de factores como:

Las ganas de surgir, a partir de las posibilidades lícitas que cada quien tenga, estableciéndose metas reales y trabajando para alcanzarlas y darles cumplimiento cualesquiera que sean los obstáculos.
La debida formación, favoreciendo la formación permanente.
El saber empezar y el saberse mantener.
El saber aprovechar los talentos (habilidades, aptitudes, carismas) con los que Dios enriquece o bendice a todos.
Las ayudas –solicitadas o no- que vengan y que se sepan gestionar correctamente.
La capacidad de recuperar los ánimos y saber dar la solución pronta y adecuada a los errores.
El saber llevar una vida ordenada, disciplinada y correcta.
La capacidad de discernimiento para escoger cuanto antes la vocación que Dios ha establecido para cada persona. El primer motivo del por qué la gente fracasa es no saber lo que quiere en la vida.
El esfuerzo por evitar al máximo errores o minimizar riesgos.
El tener visión o capacidad de individuar o propiciar las oportunidades.
Se da el caso de dos personas con talentos, posibilidades y recursos similares que puedan estar ante una determinada situación, y sólo una de ellas verá y aprovechará la oportunidad tanto deseada o buscada.

El éxito es pues fruto de lucha, esfuerzo, tenacidad, constancia. No pensemos que el éxito sea fácil.

Y hay que saber reconocer, con humildad, que el éxito no se logra sin apoyos; el reconocer esto con gratitud es un gesto que incluso abre más puertas.